¿Cómo escriben los niños y jóvenes de Guatemala?
Por María Teresa Marroquín Yurrita Dirección General de Evaluación e Investigación Educativa
En el año 2013, el Ministerio de Educación publicó la serie Explorando las destrezas de escritura¹, en primero, tercero y sexto primaria así como en tercero básico y cuarto diversificado. El objetivo fue verificar la forma en que los estudiantes escriben, obtener información acerca de su desempeño, analizar las destrezas de escritura en cada grado y comprobar si lo realizan de acuerdo con lo establecido en el Currículum Nacional Base (CNB). Debido a que se evaluaron varios grados, se elaboraron diferentes informes pues cada uno tiene distintas competencias por alcanzar. Sin embargo, todos mantienen una fundamentación teórica común, enfatizando ciertos aspectos para cada nivel en el que se encuentren los estudiantes que, en este artículo, se tratarán de sintetizar.
¿Qué es escribir? Escribir es comunicarse coherentemente por escrito. Va más allá de representar palabras o ideas con letras; es una acción que tiene una intencionalidad, una forma de usar el lenguaje para conseguir objetivos² . Sobre todo, en la niñez, la escritura es un proceso mecánico mediante el cual se aprende a representar palabras y oraciones con la claridad necesaria para que puedan ser leídas por alguien que tenga el mismo código lingüístico; por tanto, se puede afirmar que la escritura es la representación gráfica de nuestro lenguaje³. El aspecto técnico de la escritura es el que predomina cuando se enseña a escribir en el primer grado de primaria. Sin embargo, no hay que olvidar que se aprende a escribir para comunicar, para expresar y para crear ideas.
Para que el estudiante descubra los usos sociales de la escritura, desde el comienzo del aprendizaje, el docente debe ayudarle a relacionar:
La adquisición de la lengua escrita por el estudiante puede ser considerada como un proceso que pasa por diferentes niveles de desarrollo; algunos de estos pueden verse interferidos por la influencia de agentes externos que son parte del contexto en el que viven. En este sentido, la labor del docente se considera fundamental desde las primeras etapas de la adquisición del lenguaje; debe estimular a sus estudiantes desde sus primeras producciones escritas y acompañarlos en el proceso de adquisición de la escritura como facilitador y orientador de este aprendizaje. Para lograrlo, los docentes y los estudiantes deben asumir un papel activo en su construcción. Si la escritura no se adquiere de una vez, al comienzo de la escolaridad, el docente debe efectuar intervenciones adecuadas a cada momento del desarrollo y del aprendizaje, así como favorecer habilidades metacognitivas que posibiliten gradualmente la autocrítica y la autonomía⁴.
El estudio menciona cuatro niveles de adquisición de la escritura: nivel ejecutivo: en los primeros años, el estudiante escribe valiéndose de marcas gráficas convencionales o a partir de la imitación de la letra, de manera posiblemente ilegible para el lector, pero no por ello exenta de significado o mensaje para él. Le sigue el nivel funcional, cuando el estudiante adquiere la capacidad de expresar sus ideas por escrito utilizando la estructura de las palabras y las modificaciones que sufren al relacionarse entre sí. Comprende que el objetivo de escribir no es representar al objeto sino a su significado. El tercer nivel es el instrumental: el estudiante aprende a utilizar estrategias de apoyo como bibliografía y la consulta de diccionarios, enciclopedias y fichas, que les sirven como guías que les recuerdan la estructura de los textos, los pasos que deben seguir al escribirlos, qué aspectos revisar en ellos y cómo realizarlo y, finalmente, el nivel espistémico, que se refiere al dominio de lo escrito como una forma de pensar y de usar el lenguaje, de manera creativa y crítica. En este nivel la estructuración del lenguaje y organización del pensamiento se relacionan de manera constante.
Al entender la escritura como proceso es posible identificar que los estudiantes, además de los conocimientos propios del código escrito, necesitan aprender a:
En el proceso de la escritura, es importante evaluar la elección del tema acerca del cual se desea escribir, porque elegir un tema para escribir indica que el escritor tiene la intención de comunicar algo cuando redacta un texto. La elaboración del borrador prueba que el estudiante planea la redacción de los textos que escribe y hace las correcciones necesarias antes de presentar la versión final. El borrador ayuda al estudiante a mantener los aspectos básicos del tema que está desarrollando, a la vez que le facilita mantener o aumentar la información entre el plan inicial y la versión final. Por otro lado, si hay diferencias entre el borrador y el texto, quiere decir que el estudiante reconoce la función comunicativa del borrador y del texto. La finalidad del borrador es planificar lo que se quiere comunicar; la finalidad del texto es comunicar a otros las ideas que en él se escriben.
Evaluar el producto de la escritura, permite verificar si los textos producidos evidencian una estructura textual coherente y si el escritor usó el léxico o vocabulario de acuerdo con el mensaje que deseaba transmitir y con la normativa del idioma: gramática, ortografía y caligrafía. Los aspectos que se incluyen al momento de evaluar un escrito son:
¿Qué destrezas de escritura se evaluaron?
Primero primaria: con relación al proceso de escritura –lo que el estudiante escribió– se evaluó si los niños siguieron la instrucción de elegir una imagen para escribir una oración. En el producto de la escritura, se evaluó que la oración escrita tuviera sentido y aspectos fonéticos tales como: omisión, sustitución e inversión de letras. También se evaluaron algunas categorías gramaticales como el uso del artículo, adverbios, conjunciones, entre otros.
Tercero primaria: se evaluó la elección del tema acerca del cual se deseaba escribir, la elaboración del borrador y si se realizaron las correcciones necesarias antes de presentar la versión final. El producto de la escritura permitió verificar si los textos producidos evidenciaban una estructura textual coherente y si el escritor usaba el léxico o vocabulario de acuerdo con el mensaje que deseaba transmitir y con la normativa del idioma.
Sexto primaria: la evaluación de la elección de un tema para escribir fue importante para mostrar que el escritor tenía intención de comunicar algo al redactar un texto y, elaborar un borrador permitió verificar si se planeó su redacción, es decir, si consiguió hacer una representación mental de lo que se quería escribir y luego, si hizo las correcciones necesarias para mejorar el contenido del mismo. La evaluación del producto de la escritura se realizó desde la estructura del texto (uso de conectores, cohesión y riqueza de vocabulario) y su forma (concordancia entre género y número y la ortografía).
Tercero básico y cuarto diversificado: en el proceso de escritura se evaluó si los estudiantes habían aprendido a elaborar un borrador que les permitiera hacer realidad el plan de lo que se propusieron escribir, así como detectar los aspectos que deberían mejorar para que el texto redactado comunique de forma eficaz lo que querían transmitir. Se evaluó la estructura del texto (introducción, desarrollo y conclusión), así como aspectos de forma.
Publicado en:
Marroquín, M. (2020). ¿Cómo escriben los niños y jóvenes de Guatemala? Innovación con conocimiento, 2 (1), 17-22. https://aprendoencasa.mineduc.gob. gt/images/sampledata/asimages/revista/pdf/Revista-No2-julio-septiembre-2020-WEB.pdf
Foto de portada: Denise Krebs/Flickr