A palabras necias, oídos sordos
Desde que Luca estaba en la panza le hablo y le leo en inglés todo el tiempo. Cuando Luca tenía 3 meses, su pediatra me dijo que iba a empezar a hablar más tarde que el promedio de los niños; lo iba a hacer cuando tuviera entre 3 y 4 años. En ese momento mi mundo se derrumbó, pues no solo pensé que iba a tener un problema del habla, sino porque el mundo entero me decía que el niño tenía que hablar a cierta edad.
El pediatra me calmó inmediatamente y me dijo que era perfectamente normal, pues el niño tenía que procesar al mismo tiempo tanto el inglés como el español, y no debía presionarlo, ya que su idioma materno era el español pues sus abuelas, su papá y el mundo le hablaban en ese idioma.
Todos los días, después de ese comentario, dediqué más tiempo y esfuerzo a hablarle y a contarle lo que sucedía alrededor nuestro. Muchas personas se burlaban o cuestionaban mi decisión de hablarle en inglés a mi hijo, puesto que vivimos en un país de habla hispana y hablarle en inglés suena pretencioso y “caquero”. Como dice el dicho “a palabras necias, oídos sordos”, y seguí mi camino por mi mundo bilingüe.
Cuando Luca tenía un año, él ya decía más de 30 palabras muy claras y yo me sentía muy orgullosa de él y de mí misma, puesto que habíamos vencido las estadísticas juntos. Sin embargo, el recorrido aún comenzaba y había mucho por hacer, porque él todavía no juntaba palabras. Fue aquí cuando más duro trabajé en contarle mi día, narrarle lo que veíamos en nuestras caminatas por el bosque y, por qué no, en contarle cómo me sentía cuando estaba triste o feliz.
El tiempo pasó y hoy que tiene 3 años, puedo ver el fruto de ese trabajo, esfuerzo y paciencia que le dediqué desde la panza. Hoy por hoy, el niño habla perfectamente bien ambos idiomas, sobre todo que su idioma materno está bien fundamentado, y se expresa de manera abierta y espontánea. Es por eso que no debemos darnos por vencidas cuando tenemos un objetivo en mente, y definitivamente el ser perseverantes da fruto.
No te olvides de platicarle todo el tiempo a tu hijo, porque es así como afianzará su idioma y expandirá su vocabulario.
Chari Flores
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