El espanto de la caja de libros
A todo niño le fascina escuchar cuentos infantiles. Cuentos como El pollito pix pix y El colibrí hacen volar su imaginación, expanden sus emociones, les ilusionan e impulsan a hacer comparaciones con sus propias experiencias. Pero, ¿qué pasa cuando en casa no le narran cuentos, y llega a la escuela y tampoco encuentra libros ilustrados?
Esto sucede muchas veces en los centros educativos en el país. ¿Qué pasa? ¿Por qué las aulas no tienen libros al alcance de los niños? ¿Dónde está la famosa caja de libros que entrega el Ministerio de Educación a cada escuela?
El Ministerio de Educación ha creado esta herramienta, esta caja maravillosa que tiene varios libros adecuados a las edades de los niños, para facilitar la enseñanza de la lectoescritura a los estudiantes. Pero se sabe que esto implica también una serie de responsabilidades y compromisos al momento de entregarla.
Ahora bien, ¿en qué momento se convierte este recurso en el espanto para el docente? Al recibir la caja de libros, ¿el docente es informado sobre el uso de la misma? ¿O es amenazado sobre su uso?
Existen dos teorías fuertes. La primera es usar los libros al momento de la lectura y al momento que el niño lo desee y la segunda es un cuido exagerado de los libros: que no se rayen, rompan o pierdan. Gran dilema.
Es necesario tomar acciones razonables sobre el uso de los libros, y que la información que llega a oídos de los docentes sea la original. ¿A qué me refiero con esto?
Desde la primera entrega de la caja a las Direcciones Departamentales, se da la información sobre este material. Los niños tienen el derecho de usarla y de cuidarla. Sin embargo, la información dada a los directores de los centros educativos se torna más amenazante, y esta misma línea de información llega a los docentes.
Los maestros optan por no tocar la caja de libros, y la dejan sin uso durante todo el ciclo escolar.
Es de vital importancia pensar en el derecho que tienen los niños a acceder a este material escrito, y que el docente se atreva a usar estos libros a pesar de las advertencias. Es más importante desarrollar la imaginación de los niños que evitar un regaño del director.
Debemos tener conciencia del desarrollo que este material provoca en los estudiantes, desarrollo sociocultural, en el lenguaje y especialmente en la imaginación.