Educación de calidad: un reto para avanzar hacia el desarrollo
En 2015 los países que forman parte de Naciones Unidas consensuaron una agenda con 17 objetivos que esperan alcanzar en 2030. Uno de los objetivos, el cuarto, es la educación con calidad.
La educación de calidad incluye que las capacidades adquiridas durante los años de estudio logren despertar la creatividad y la capacidad de razonamiento y de análisis en los estudiantes. Se busca que puedan desarrollarse profesionalmente en un mundo laboral cada vez más tecnológico y exigente.
Pero la pregunta que surge ante el reto de impartir una educación de calidad es: ¿cómo lograrlo?
Cada año, la Dirección General de Evaluación e Investigación Educativa (Digeduca) realizan un examen a los estudiantes del último año de diversificado en las áreas de matemática y lectura. En 2017, menos del 10 por ciento sobrepasaron la nota mínima. En el área de lectura, se llegó a un 32 por ciento de estudiantes que lograron un nivel de logro.
Estas cifras son alarmantes para un país en el que la cobertura y el acceso a nivel diversificado es bajo. Las cifras y los resultados de estas pruebas deben guiar los cambios hacia la manera de impartir la educación. Pero un punto que pocas veces se aborda es el de los maestros.
Los maestros juegan el papel màs importante en impartir la educación. Ellos son los responsables de formar a las nuevas generaciones y de cumplir con los objetivos trazados en temas de educación.
La educación de calidad es en varias vías: abarca desde la parte de buscar métodos para mejorar la educación y verificar que la educación que se imparte es de calidad, de verificar que los maestros tienen la capacidad de impartir educación alcanzando los estándares establecidos, y verificar que los estudiantes estén obteniendo estos conocimientos.
A nivel mundial se ve a la educación de calidad como una vía para alcanzar el desarrollo sostenible e inclusivo, por lo que este tema debe ser prioridad de todos los Estados.